El harakiri de España
Desde el momento en que al sectario Cándido Conde-Pumpido, lo nombraron presidente del Tribunal Constitucional, todos teníamos la terrible sospecha de que se había iniciado el desguace institucional de España.
Primer responsable de este nombramiento, Sánchez, sin lugar a dudas, fiel a sus obsesivos principios de mantenerse en el poder a cualquier coste, pero también Feijoo y el PP, que con toda seguridad podrían haber hecho mucho más para evitar esta elección.
Y ahora solo nos queda rezar, para que por lo menos los declarados enemigos de España sean inflexibles en sus inverosímiles demandas separatistas, de tal modo que rebasen todas las líneas rojas que nuestro endeble Estado puede aguantar, y así evitar que España se haga el harakiri.
Por decirlo de otra manera, lamentablemente en este momento, España, está en manos del líder de un partido separatista, que para mayor escarnio y humillación, es un prófugo de la justicia, que huyó de España en el maletero de un coche, y que ahora se ríe de todos los españoles.
Sin olvidarnos del escandaloso nombramiento de Francina Armengol para la presidencia del Congreso de Diputados, declarada nacionalista catalana, como premio a las graves irregularidades en su gestión (ocultadas por los medios de comunicación), durante su mandato en la Comunidad de Baleares, y que deberían haberla inhabilitado de por vida.
Y todo esto no es el guion de una película de ficción, es nuestra cruda realidad, para vergüenza de toda la Europa civilizada, que no acaba de entender como en el siglo XXI puede haber un gobierno con tan marcada influencia comunista
