El gas propano y el butano, dos alternativas al gas natural
Licuados del petróleo, estos dos tipos de gas destacan por su poder calorífico, su baja toxicidad y sus precios.
Las bombonas de butano o propano han sido durante años las que han calentado los hogares de millones de españoles, las que han encendido las cocinas y las que han permitido disponer de agua caliente. La irrupción del gas natural supuso que cayeran un poco en el olvido. Pero a pesar de esta competencia, sus precios, potencia y limpieza hacen que sigan siendo la opción predilecta en los lugares donde la canalización de este primero todavía no ha llegado.
Ambos comparten que pertenecen a los denominados GLP (Gases Licuados de Petróleo), es decir, se obtienen de esta mezcla de hidrocarburos, de ahí sus garantías a la hora de calentar los hogares. Asimismo, al estar contenidos en bombonas, los convierte en seguros frente a los riesgos de fuga.
Son incoloros e inodoros; su combustión pasa de un estado sólido a líquido, lo que les hacen tener un gran rendimiento energético. Destacan además por ser limpios.
Sumado a ello, ninguno de los dos se puede calificar de gases puros al 100%. Tanto las bombonas de butano como de propano están compuestos en un 80% de su propio gas y el 20% de su compañero (de butano en el caso del propano y viceversa).
¿Hay diferencias entre el propano y el butano?
Al pertenecer al mismo grupo y comercializarse de la misma manera, a priori parece que no hay muchas diferencias, pero sí que existen.
Una de las principales es su resistencia al frío. El propano puede mantenerse en un estado óptimo con temperaturas de hasta -44º mientras que el butano, cuando el termómetro es inferior a los 0º, se congela.
En lo que respecta a los formatos, el propano se lanza al mercado en bombonas de 11 y 35 kg, mientras que el peso de las de butano se comercializa en formatos de 6 y 12 kilos. Asimismo, este primero también se vende mediante depósitos a granel mientras que el segundo no dispone de esta forma de venta.
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¿Cuáles son los precios del butano y del propano?
El precio de estos tipos de gas viene marcado por los kilogramos de suministro y por el mercado por el que se rija: regulado (es el Estado quien fija el coste de las bombonas de GLP envasados de entre 8 kg y 20 kg) o libre, siendo las compañías quienes imponen los mencionados precios.
En el segundo caso, tendrás que informarte con estas entidades y ponerte en contacto con la distribuidora de gas propano o butano para solicitar la/las bombonas que requieras.
Así, de acuerdo a los últimos datos de mayo publicados por el BOE, en el mercado regulado, el precio de una bombona de propano de 11 kg a 11,59 euros y la de butano de 12,5 kg a 13,17 euros. Una de propano de 35 kg, ya regulado por el mercado libre, ronda los 60 euros comparando ofertas entre las principales compañías energéticas.
En este último caso, esos euros no incluyen la puesta en marcha de las baterías. Por ello para buscar la mejor oferta en este libre mercado hay que tener en cuenta varias cuestiones: los gastos de instalación de las bombonas, de la entrega a domicilio y del transporte si el punto de suministro se encuentra en una zona alejada.
Políticas sobre gas
La cuestión del gas ha entrado en tela de debate entre los principales partidos españoles y el Gobierno del actual Pedro Sánchez. En materia energética, la formación socialista se encamina hacia el gas natural como puente para la transición energética. Una política que choca con la gran apuesta de Vox que, aunque no contrario, defiende la utilización del gas natural licuado como combustibles para los vehículos.
Este debate también se extiende al bono social eléctrico, un beneficio que reciben algunas familias en la luz y el gas para frenar la pobreza energética. El Gobierno, apoyado por Podemos, propuso que la renta sea el único criterio de adjudicación. Lógicamente una forma incorrecta al no tener en cuenta el principio básico que rige toda subvención: la apuesta decidida por la unidad familiar. De ahí que el partido liderado por Santiago Abascal remarque en su programa de energía que estas bonificaciones sean proporcionales al número de miembros en los hogares.