El «encuentro fortuito» Ábalos-Delcy

Hace unos días el ministro de origen valenciano, se reunía a la una de la madrugada, una hora muy común para celebrar reuniones, dentro de un avión con Delcy, la segunda de a bordo de Nicolás Maduro. Recordemos que esta buena señora tiene prohibida la entrada en Europa por la vulneración de los derechos humanos.

El ministro, al ser pillado «in fraganti», niega la mayor y pone la excusa de que iba a visitar a su amigo Leonardo Plasencia, ministro de Asuntos Exteriores venezolano, que viajaba en el mismo avión.

Como la cosa se complica y es vox populi, Ábalos, en un arranque de ingenio sin precedentes, implica a Marlaska; después de negarlo tantas veces como Judas negó a Jesucristo, explica que ha sido enviado por el Grande, para que Delcy no pisara suelo español.

Pero la bola se va haciendo cada vez más gorda y ya se dice, se rumorea, nos han dicho, que decían, que esta señora ha bajado del avión, y se ha reunido con el ministro en una sala, y resulta que esta sala, sí sería territorio español.

Como ya está el tema más que calentito, y el tema es peliagudo, se pide la dimisión del ministro, y en ese momento es cuando habla el oráculo y entra en acción súper Sánchez al rescate de su ministro en apuros, el héroe que todo lo miente para conseguir cualquier propósito que tenga en mente, nos deleita con esta declaración: «Hizo todo lo que pudo para evitar una crisis diplomática y lo logró»

Y ahora es cuando  los españoles de bien, los que queremos a España, los que nos sentimos amenazados por este gobierno nos damos cuenta de que no hay marcha atrás.

Este nieto de Guardia Civil e hijo de torero que se declaraba anti taurino, asistiendo a corridas de toros puro en boca, y que como buen socialista miente más que respira, sí que tuvo un encuentro con esta señora que tiene nombre de jarabe, pero nunca sabremos qué se coció en esa siniestra y clandestina conversación.

Lo único que está claro es que si Maduro habla, hunde a Iglesias, y si cae Iglesias cae el gobierno, y ahora que han conseguido entrar, harán cualquier cosa por mantenerse durante el mayor tiempo posible, y ya sabemos de qué son capaces.

Si en un tiempo récord han vulnerado tantas leyes y han hecho tanto despropósito, solo nos queda rezar a nuestro Santo de cabecera, para que esta nueva casta dure lo menos posible en el gobierno.

Mª José Gómez Busó

Jubilada, apasionada del patchwork, rematadamente sincera, y enamorada de España, de su himno y de su bandera.

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