EL CAMINO SINODAL
Yahveh es mi pastor, nada me falta…
Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan…
SALMOS 23. (Biblia de Jerusalén)
Vaya por delante que no soy ningún experto en religión y mucho menos vaticanista. Tampoco pertenezco a ninguna agrupación u orden católica, aunque de alguna manera soy católico y, por tanto, este es un tema que me interesa y mucho. Así que llevo un tiempo informándome con el objeto de aclararme.
El asunto es muy amplio y tiene muchos recovecos, pero solo quiero dar algunas pinceladas. Hoy, comparto con vosotros algunas cosas de lo que he aprendido, aunque no sé si entendido.
¿HAY QUE REFORMAR LA IGLESIA?
Voy a empezar haciendo referencia a un artículo que el día 12 de julio de este año publicaba el digital Religión en Libertad titulado: «Filósofos ateos lo dicen sin complejos: o el cristianismo resucita o con él caerá esta civilización». No me voy a extender sobre el artículo, que me parece tremendamente interesante, así que os dejo el enlace.
Eso sí, os voy a citar la frase con la que acaba el artículo que realmente da que pensar: «La supervivencia del cristianismo es esencial para la supervivencia de Occidente. La mala noticia es que esta constatación llega cuando la noche está avanzada. La buena noticia es más sencilla. «La cristiandad ha tenido una serie de revoluciones y en cada una de ellas el cristianismo ha muerto»»
Claramente estos filósofos abogan por una reforma del cristianismo como condición necesaria para la supervivencia de nuestra civilización.
Y parece que un gran número de católicos, religiosos o culturales, también piensan lo mismo. Aunque no todos.
Si Juan Pablo II fue el Papa que derrotó al comunismo, acabando con la supremacía cultural marxista, y Benedicto XVI destacó el valor de la tradición y la necesidad de la ética católica, Francisco va a ser el de la Reforma de la Iglesia. Llevando hasta el final (y quizá más allá) las consecuencias del Concilio Vaticano II.
Ya sé que son descripciones excesivamente simples, pero me valen para centrar la cuestión.
Ya algunos pretendían en el siglo XIX una reforma, hasta el punto de que el Papa Pío IX convocó el Concilio Vaticano I, en el que se trataron temas tan importantes como la infalibilidad del Papa y la relación entre la Fe y la Razón. Para ser conscientes de la importancia de ese concilio, recordemos que el concilio anterior, el de Trento, fue convocado en 1545, trescientos veinte años antes. Y fue el concilio de la Contrarreforma Protestante.
Desde el punto de vista de los reformistas, el Vaticano I sirvió para poco.
¿QUE QUIERE EL PAPA?
Hoy podemos decir que Francisco ha agarrado el toro por los cuernos. Se esté o no se esté de acuerdo con él.
La Reforma que ha traído Francisco tiene, desde mi punto de vista, dos pilares básicos. Uno es el citado Camino Sinodal, el otro es la Reforma de la Curia Romana. Sobre este segundo pilar me gustaría hablaros otro día, y quizás lo haga.
Este Papa tiene como lema la evangelización. Pero una evangelización distinta y que algunos llaman globalista.
Para entenderlo os paso otro enlace, el de un vídeo reciente donde dice que «la vocación de la Iglesia es evangelizar»; más aún, esa es su «identidad»». Y distingue muy bien entre “evangelizar y hacer proselitismo”. También dice: «Empecemos reformando la Iglesia con una reforma de nosotros mismos«. Pero nos dice que lo hagamos “sin ideas prefabricadas, sin prejuicios ideológicos” Y también nos dice que sueña con “Salir al encuentro del otro sin proselitismo” y una opción que “Transforme todas sus estructuras para la evangelización del mundo actual”
Por cierto, el vídeo se llama: “La Iglesia en camino”. Se podrá criticar a Francisco, pero no se le puede decir que no habla claro.
Para explicar cómo está viviendo la iglesia el asunto del «Camino Sinodal», os voy a recordar varias noticias:
- A principios de 2020 podíamos leer en La Vanguardia que el arzobispo de Bamberg (Alemania) Ludwig Schick declaraba sobre el camino sinodal: «No somos revolucionarios. Buscamos un camino para la Iglesia del futuro».
También declaraba: “los participantes del llamado camino sinodal emprendido por la Iglesia católica de Alemania y que durará dos años para reflexionar sobre el sacerdocio, el clericalismo, la moral sexual o la mujer, no son «revolucionarios» y que su único objetivo es «buscar un camino para la Iglesia del futuro».
Sobre las características y componentes de ese Camino Sinodal podéis mirar este enlace: https://docs.google.com/document/d/1KymB5C8kv9rrOiQxEmhOl2v4GUM3ptwpYB2ih5asumE/edit, está en alemán, pero Google lo traduce de un modo bastante exacto. Os recomiendo la lectura para entender de lo que hablamos y lo que una parte (no sé si mayoritaria) de la Iglesia Alemana pretende.
- En febrero de este año 2021, dimitía el Cardenal Sarah. Cardenal papable y que algunos proponían como sucesor de Francisco. Muchos opinaron que esa dimisión fue impuesta por el Papa.
El Cardenal Sarah es considerado un tradicionalista, partidario de mantener la Iglesia como está. Se opone concretamente a la ordenación de mujeres y hombres casados; es partidario de la misa Tridentina y desde luego contrario al matrimonio homosexual.
- El 11 de mayo, se puede leer en La Vanguardia de Barcelona: «Sacerdotes de un centenar de iglesias en Alemania han bendecido o bendecirán estos días a parejas homosexuales, en un desafío al reciente documento vaticano que reafirmaba la oposición de la Iglesia católica a las uniones entre personas del mismo sexo, y vetaba explícitamente este tipo de bendiciones»
- El pasado 24 de mayo se celebró la 74ª Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana sobre el tema: «Anunciar el Evangelio en un tiempo de renacimiento – Para iniciar un camino sinodal».
En declaraciones a la prensa el presidente de la CEI, el Cardenal Gualtiero Bassetti afirmaba: “el nuestro no es un sínodo, es un Camino Sinodal que parte de condiciones muy diferentes al que se está desarrollando en Alemania”.
Según la ACI Press, Agencia Católica de Información, el Cardenal dejó claro, en el discurso de introducción de la Asamblea que todo camino sinodal que emprendan las iglesias locales deberá hacerse con “fidelidad al magisterio del Obispo de Roma”. También rechazó que el camino sinodal implique mecanismos democráticos, porque “no siempre la opinión de la mayoría está conforme al Evangelio y a la Tradición”. Además, dejó claro que: La Iglesia que está en Italia no ha estado nunca y no estará jamás en contraposición a Pedro, a su magisterio Por esto, estamos llamados a diseñar un «Camino Sinodal»
- A principios de junio dimitía, de un modo repentino el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich y antiguo presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, También fue Presidente de la Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea y uno de los Cardenales que el Papa Francisco escogió al poco de ser elegido para ayudarle en la reforma de la Curia del Vaticano, que aún no está promulgada. El motivo de la renuncia es que se declara corresponsable de los escándalos sexuales que ha habido en el clero alemán. El Papa no aceptó la renuncia y le puso como ejemplo para el resto del clero alemán.
En honor a la verdad debo decir que hubo quien calificó como puesta en escena la dimisión, con el fin de hacer patente el estado de una Iglesia necesitada de cambios.
- El 16 de julio saltó la noticia de que el papa prohibía (salvo autorización del obispo correspondiente) la celebración de la misa Tridentina. También se prohíben nuevas órdenes religiosas o congregaciones que usen solo el rito tridentino
De estas noticias podemos deducir que no hay un solo Camino Sinodal y que una parte de la Iglesia se opone al mismo, y que todas estas posturas están muy enfrentadas.
Dicen que ha sido a raíz de los problemas sexuales y económicos que han afectado a la Iglesia Católica, por lo que muchos han llegado a la conclusión de la necesidad de un cambio. Pero eso parece una excusa. Realmente hace ya mucho tiempo que la Iglesia Alemana viene pidiendo cambios. Y no solo la alemana.
Al mismo Francisco se le relaciona con la Iglesia de los Pobres, a la que siempre se la ha considerado seguidora de la Teología de la Liberación. De hecho, dos disidentes de la Iglesia como el alemán Hans Küng suspendido “A divinis” por negar la infalibilidad del Papa y Leonardo Boff, excomulgado y uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, se felicitaron por la elección de Francisco.
Y hablando de felicitaciones, Francisco felicitó a Leonardo Boff en su 80 cumpleaños. Mientras que este no deja de cantar alabanzas al papa. ¿Es, entonces, el Papa un izquierdista radical tal y como dicen muchos?
¿Por qué felicita al sacerdote franciscano excomulgado Leonardo Boff, llamándole hermano? ¿Es realmente una reforma política de izquierdas lo que la Iglesia necesita?
¿Es necesario hacer un ritual a la Pachamama en el Vaticano?
¿Hay que prohibir la misa Tridentina? ¿Por qué una parte de la Iglesia puede defender posturas nuevas y otra no puede defender las posturas de siempre?
¿No habría que tomar alguna medida contra el cardenal Georg Bätzing, que se ha mostrado comprensivo con la bendición de parejas homosexuales y ha sugerido reformas sobre el tema de la homosexualidad?
¿Debe la Iglesia aceptar la Ideología de Género?
Seguro que cada uno tendréis vuestra respuesta a estas preguntas.