El anticristo europeo. Un juego de palabras
El ANTICRISTO es una obra concebida por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche donde el autor identifica todo el mal social, por cuya causa el mundo sufre, y el mal moral, que oprime al hombre, con el cristianismo. Es realmente significativo que un ateo crea en el anticristo.
Lo curioso de todo esto es que el Apocalipsis no nombra jamás al Anticristo. Ni tampoco los evangelios, ni las cartas de San Pablo. Las únicas veces en toda la Biblia que se lo menciona es en las dos primeras cartas de San Juan. Primera Carta de San Juan. “18 Hijos míos, ha llegado la última hora. Ustedes oyeron decir que vendría un Anticristo; en realidad, ya han aparecido muchos anticristos, y por eso sabemos que ha llegado la última hora.”
La palabra CRISTO es la voz griega para denominar al Mesías, aquel que vendría a salvar al pueblo de Israel., y el prefijo ANTI- es de origen griego también.
Lo que les voy a contar ahora es rigurosamente cierto, por extraño que les parezca.
Un día leí en algún sitio que una señora irlandesa llamada Christina Gallagher, que recibía locuciones de Jesús de Nazaret, dijo que en un mensaje recibido el 26 de Enero de 2013 escuchó lo siguiente:
“La unidad de la Unión Europea no proviene de Mí y ocasionará únicamente desastres a su mundo.
La Cristiandad será destruida mediante su plan de tener una “Iglesia” que no es Mía.”
Por curiosidad, más que nada, me puse a pensar en la Unión Europea y sus orígenes, el Tratado de Roma de 1957, hasta que llegué al tratado que establecería el nacimiento de la Unión Europea, obteniendo dicho organismo el poder sobre los intereses económicos, sociales, jurídicos y políticos de millones de personas: el tratado de Maastricht de 1993.
En la Enciclopedia Británica del 1999 leemos: «La Unión Europea (UE), creada bajo el Acuerdo de Maastricht en dic. 11, 1991, es una organización intergubernamental de 12 naciones del Oeste de Europa; Este Acuerdo entró en vigencia el 1ro. de nov. de 1993.»
Al ver la palabra MAASTRICHT me llamó la atención la disposición de las letras; tengo la costumbre de jugar mentalmente con las posibles palabras que se pueden formar con una palabra, y me fijé en el final de esta porque me recordaba a CHRIST, lo cual se relacionaba con el asunto que me había llevado a ese punto.
Seguí profundizando y utilicé el resto de las letras para ver si encontraba algún sentido. Pensé que ya que CHRIST tenía origen griego, era lógico suponer que con las otras letras podría componer alguna palabra griega.
Me puse a ello y no tardé en encontrar un significado:
Si utilizaba una letra “a” (prefijo griego que significa: contrario) junto a “Christ” significaría: “El que se opone a Cristo”. ACHRIST
Era curioso, pero me sobraban letras, M T A.
Busqué entonces palabras en griego con esas letras y encontré esto:
MAT: “Felpudo, alfombra de entrada”.
Es decir, que el juego mental con las letras del Tratado de Maastricht me había dado este resultado:
El Tratado de Maastricht era la alfombra de entrada del Anticristo.
No se asusten, no es más que una curiosidad. (Dedicado al P. Fortea)