Echenique, de cantar jotas soeces a emisario del rey Sánchez
Pablo Echenique, el flamante portavoz de Unidas Podemos y Secretario de Acción de gobierno institucional y programa de Podemos, cargo de nueva creación, que como todos los de esta reata de nuevos ministerios y cargos varios, nadie sabe para qué sirven, excepto para agradecer barrigas y pagar apoyos, ya es un miembro del nuevo gobierno, y ya ejerce como tal y como si de un oráculo se tratara, en un tweet dice:
«La semana pasada revalorizamos las pensiones con el IPC. Ayer subimos el salario de los funcionarios. Hoy la ministra de trabajo, Yolanda Díaz, ha pactado subir el SMI en 50€ al mes. Mientras las derechas gritan, nosotr@s trabajamos por la gente.»
Este argentino defraudador, que no pagaba la seguridad social de una de sus empleadas, se permite el lujo de decir que ellos trabajan por la gente.
Este inepto, que sólo cobra por haberse metido en un partido corrupto y mal llamado comunista, porque entre otras cosas, este al igual que sus jefes, ha hecho caja con el partido Unidas Podemos y se ha mudado al barrio de Salamanca, uno de los barrios más esclusivos de Madrid. Su vivienda situada en una planta baja en lo que anteriormente fue un club de alterne, y al que el Sr. Echenique colocó unas cámaras de vigilancia y unos aparatos de aire acondicionado, que por lo visto eran ilegales, y la señora Carmena, que Dios me la conserve en el limbo de los olvidados para siempre, le multó por ello, se ha vanagloriado de los logros de su recién estrenado gobierno.
Con esta troupe vamos abocados a la tercera República; esta cadena de despropósitos no es para nada un cambio de gobierno que quiera cambiar o mejorar algunas cosas, es un cambio de régimen en toda regla, que disfrazan entreteniendo a la gente de bien con cortinas de humo, como estos aumentos.
La subida de las pensiones acalla por un tiempo a los jubilados que suelen hacer bastante ruido, una mierda de subida, por cierto.
Luego llega el aumento del dos por ciento a los funcionarios, aumento que ya venía propuesto desde el PP, pero que al ser aplicado por el nuevo gobierno, se congratulan con media España y parte de la otra mitad, pero la última y la más atrevida ha sido el aumento de 50 euros en el salario mínimo interprofesional, propuesta podemita, que traerá mucho más paro y más economía sumergida, porque las pequeñas y medianas empresas no pueden soportar tanta presión fiscal, y mucho menos este aumento.
Estos social-comunistas hacen lo único que saben hacer: gastar alegremente el dinero ganado con el sudor del de enfrente, porque lo que es del suyo, nunca jamás.
Mientras nos recalcan estas grandezas del gobierno PSOE y Unidas Podemos, Ábalos se reúne bajo cuerda con la vicepresidenta de Maduro, señora que tiene prohibido viajar por Europa acusada de asuntos turbios, según fuentes policiales.
Recordemos que Maduro financió a Podemos.
Guaidó, al que el pasado año Sánchez reconoció como presidente de Venezuela, es recibido por casi todos los líderes de Europa, excepto por España. Esto huele a prohibición de Pablo Iglesias, amigo y asesor de Maduro.
El Tribunal Supremo mantiene a Torra inhabilitado como diputado, y el gobierno hace caso omiso, y le sigue dejando hacer.
Y mientras todo esto tan grave está ocurriendo, con lo que nos intenta entretener y pretende contentar el personajillo que se hizo famoso por cantar con unas copas de más, «chúpame la minga Dominga que vengo de Francia, chúpame la minga Dominga que tiene sustancia», es contando los logros conseguidos en tiempo récord desde que su fusión con el PSOE fuera un hecho consumado.
Dice el dicho que por sus hechos los conoceréis y creo sinceramente que este señor pasará a la historia con más pena que gloria, por cantar una jota guarra beodo, por defraudar a la Seguridad Social, y por alguna de las perlas que suele soltar en alguna que otra de las declaraciones tan estúpidas como ofensivas por las que ya es famoso, pero por nada más.