Conjuguemos el verbo «eutanasiar»: yo «eutanasio», tú…

Existen muchos sinónimos del verbo “matar” pero todos ellos tienen un valor negativo (asesinar) o muy negativo (liquidar), pero estoy seguro de que en menos de un año aparecerá un eufemismo de esta palabra  para endulzar su sabor.

Con el aborto ya ocurrió así, los médicos suprimieron la palabra “abortar” y la sustituyeron por el eufemismo mucho más políticamente correcto de “interrumpir voluntariamente el embarazo”; aunque todos nos damos cuenta de que es una vil mentira.

Con la eutanasia podrían inventar un término parecido: “Interrupción Voluntaria de la Vida”, que pronto se convertiría en siglas: IVV, y, con el tiempo, se crearía un acrónimo moderno: la iuveuve o la ivevé (nombre más actualizado de la “uve”). En este caso podría crearse el verbo “ivevar”, y con ello, hablar de “ivevación” en vez de “eutanasia”, porque esta palabra tiene muy mala prensa.

  • ¿De qué murió tu marido?
  • De ivevación. Los médicos decidieron ivevarlo para aumentar así su bienestar social.

La decisión de aplicar la eutanasia a una persona, resulta que no está en manos de médicos, de psicólogos, de humanistas, de la justicia, de las personas sensatas y justas. La decisión de «MATAR»  está en las manos (muchas veces, muy sucias) de unos cuantos políticos. Estos individuos son tan poquitos respecto al total de afectados por esta ley que hoy van a imponer a los españoles,  que más que democrática diría yo que es una ley estaliniana.

Ya sé que la palabra «matar» es muy desagradable, pero es que no puedo usar otra sin desvirtuar el acto. Si usted actúa para que finalice la vida de una persona, el acto que está realizando es matar. Por lo tanto, no voy a tener ni un ápice de rubor al preguntarle a un médico:

Ah, es usted médico. ¿Ha matado usted a alguien? porque la ley ha puesto en sus manos (y en su conciencia) la capacidad legal de realizar esa acción, bien sea inyectando una solución letal u omitiendo deliberadamente un tratamiento.

Si un doctor es partidario de la eutanasia, no debería molestarse por esa pregunta porque para él la eutanasia es un “tratamiento” que viene a sumarse al conjunto de derechos sociales de los ciudadanos. Me lo imagino contestándome a la pregunta diciendo un “Sí”, con orgullo y una abierta sonrisa de satisfacción. Como un gran héroe que ha realizado una magnífica labor por la humanidad.

La eutanasia está considerada por la “sangrienta ideología” y sus médicos como un gran avance social. Y sin embargo, el mismísimo Hipócrates, Padre de la medicina (recuérdese el juramento hipocrático), se opuso a la eutanasia.

No sabemos aún si con esta ley un médico puede alegar objeción de conciencia para negarse a matar a alguien. No sabemos tampoco qué sanciones directas: pérdida del empleo, reducción de ingresos, etc., o indirectas: represaliados, marcados, marginados dentro de la profesión, puedan sufrir los que sean fieles al juramento hipocrático. Pero creo que las personas involucradas en matar* a un paciente no deberían permitir que una ideología estuviese por encima de ellos, de su juramento, de sus principios morales, de sus valores humanos  y de su conciencia.

Si la mayoría del personal que va a intervenir en la “Muerte Digna” de un enfermo (¿puede haber algo más indefenso que un anciano enfermo postrado?) porque está viviendo una vida “indigna de ser vivida” (expresión creada durante el nazismo), si la mayoría, digo, se negaran y manifestaran públicamente su rechazo a ser coautores de este acto, les aseguro que ningún político iría a sustituirles; el trabajo sucio siempre lo guardan para los demás; los políticos crean las guerras pero es muy difícil encontrar a uno en el frente de batalla.

Pido a la comunidad sanitaria que, por humanidad, se niegue a ser cómplice ejecutor de esta decisión política, que aguante las represalias, y que sea consecuente siempre con su conciencia.

No existe otro verbo. No podrá decir «Hoy he “eutanasiado” a un paciente», en castellano deberá decir «Hoy he matado a un paciente».

(Acabo de leer una expresión curiosa: “Eutanasia es PERMITIR la muerte”, obviamente significa lo mismo que “IMPEDIR la vida”, pero ya verán como tiene mayor difusión. Son cosas de lo políticamente correcto. A muchos sometidos por la izquierda les gustará tanto la primera expresión como a un tonto un caramelo).

*No uso ese término para escandalizarles, sino porque es exactamente el verbo que describe esa acción. Asesinar es otra cosa, pero matar, es lo que van a hacer ustedes. Lo hacen todos los días: matan una mosca, matan una hormiga, matan un virus o una bacteria. Con esta ley,  podrán añadir una especie más a la lista.

José Enrique Catalá

Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valencia. Especialista en Hª Medieval. Profesor. Autor del libro: Glosario Universitario.

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