Cómo actuar y comportarse ante un Perro Guía
Como antiguo usuario de perro guía me gustaría dar una serie de consejos para saber cómo actuar ante un perro que va guiando, y así no provocar situaciones peligrosas o un accidente.
Con esto no solo me refiero que se pone en peligro a la persona ciega, no, también se pone en peligro a las personas de alrededor. Hay que tener en cuenta que cuando a un perro guía se le despista, desde ese momento deja de guiar y la persona ciega tarda varios segundos en darse cuenta que el perro ya no está guiando, y es en esos instantes cuando se producen los accidentes.
Obviamente, la mayor parte de estás situaciones se producen de forma involuntaria, claro, pero generalmente se debe a no saber cómo actuar o comportarse cuando uno se encuentra con un perro guía.
Consejos
Para empezar, os dejo los consejos que da la Fundación del Perro Guía en su web, unas normas básicas para el buen comportamiento ciudadano.
No me des de comer ni me llames cuando estoy trabajando. Los silbidos me distraen.
Si quieres saludarme pregunta primero a la persona.
No dejes tu perro suelto cerca de mí. Intenta controlarle.
Para dar una indicación a mi dueño, no tires de la correa ni me agarres del arnés.
Recuerda que soy los ojos de una persona. No impidas mi paso a los establecimientos ni transportes. La ley me ampara.
No me tengas miedo. Ni soy agresivo ni transmito enfermedades.
Si cuando vas conduciendo ves que intento cruzar, ten precaución y para a una distancia suficiente para no asustarme.
Facilítame una ubicación cómoda en los transportes públicos.
Somos perros limpios. El pipí y las cacas siempre lejos de las aceras en los lugares adecuados.
Todo sobre los perros guía
¿Cómo comportarnos si nos cruzamos con un perro guía?
Pues muy sencillo, de la misma forma que lo hacéis con una persona cualquiera. Es decir, si vais caminando por la acera y veis que viene una persona con perro guía, seguid vuestro rumbo, que el perro hará lo mismo, no hace falta apartarse ni pararse, recordad que el perro ve, el que lleva al lado no, pero él sí.
Ahora bien, si la acera está atestada de gente porque haya comercio, boca de metro, parada de bus, etc., y veis que hay poco sitio o ninguno para pasar, tranquilidad, no hace falta gritar ¡Júli, cuidado!, ni arrastrar a los niños a un lado, tampoco hace falta empujar o moverse a cámara rápida, ni bajarse de la acera o subirse a un árbol o una farola, no, repito, el perro ve y buscará un sitio para pasar, si no lo hay, parará y esperará tranquilamente a que lo haya. Creedme, un perro no tiene prisa y no os insultará por no haber sitio, lo único que se consigue con esos comportamientos, es despistarle o asustarle.
Ni qué decir tiene que si el perro se asusta hará algún movimiento inesperado como para en seco y recular, haciendo con esto que la persona ciega de algún paso hacia atrás con el riesgo de pisar o empujar a quien vaya detrás. También se puede dar el caso que si el perro asustado recula y acababan de cruzar una calle, al recular vuelva a bajarse de la acera con el peligro de ser arrollados por un vehículo.
Un caso real, que pudo terminar en tragedia
Ahora os cuento como ejemplo algo que pasó en la calle de Alcalá, Madrid. Esta calle para las personas que no la conozcan, comentaros que siempre está atestada de gente, es un auténtico hormiguero.
Esto empieza cuando una chica ciega con su perro guía se dirigen tranquilamente hacia un paso de cebra para cruzar la calle de Alcalá que en ese momento estaba en rojo y con varias personas esperando para cruzar. Cuando el perro recibe la orden de buscar el bordillo y el perro empieza a cumplir la orden, se acerca una persona al perro hablándole y acariciándole, en ese momento el perro ya empieza a despistarse levantando la cabeza, haciendo movimientos raros… la chica ciega al darse cuenta, vuelve a repetir la orden con tranquilidad y el perro vuelve a centrarse y se coloca detrás de otras personas, ya que la persona que va distrayéndole se pone delante del perro dando la espalda a la calzada. No contenta con lo que estaba haciendo, no se le ocurre mejor idea que sacar comida y pasársela por el hocico al perro y retirándosela, así varias veces preguntando a su vez, ¿lo quieres bonito? ¿Eh? ¿Sí? Y en cuanto el perro intenta acercar la boca a la comida, la persona en cuestión da dos pasos hacia atrás entre risas y metiéndose en la calzada cuando aún estaba en rojo. En ese momento pasan varias cosas a la vez. El perro se mueve hacia delante pegando un fuerte tirón, cogiendo desprevenida a la chica ciega empujando a la persona que tenía delante, la persona empujada que tampoco se esperaba dicha acción se va hacia delante metiéndose también en la calzada tirando con las bolsas que llevaba en la mano, el bastón de la persona mayor que tenía al lado, con los consiguientes frenazos de coches, y los gritos de la gente que presenciaba la escena… Conclusión, dos personas y un perro en la calzada, una persona mayor por los suelos, y la histeria de varias personas, incluyendo los conductores de los coches.
Por suerte en esta ocasión no pasó nada grave, sólo el fuerte golpe que se dio la persona mayor al caer. Pero pudo haber sido un accidente muy grave. Que por cierto, la persona que provocó dicha situación, tras lo sucedido, se dio media vuelta guardándose la comida que le ofrecía al perro y siguió cruzando sin preocuparse por nadie. Eso sí, la gente le dedicó una serie de frases y ninguna bonita, pero sinceramente, dudo que le hayan importado mucho.
Podría seguir dando ejemplos de otras situaciones producidas, pero no quiero alargarme mucho más. Solo decir que con actuar con normalidad y un comportamiento respetuoso y tranquilo, se evitarán situaciones peligrosas. Y si queréis acariciar a un perro guía, siempre hablad primero con la persona que va con él.