Cataluña: puertas abiertas a la entrada de inmigrantes
El gobierno catalán declara puertos seguros en Cataluña para los barcos que recogen inmigrantes
- El consejero de Acción Exterior, Alfred Bosch, ha anunciado que el Govern ha acordado declarar Cataluña como «puerto seguro»
- Desde hoy, los barcos que recogen inmigrantes en el Mediterráneo, pueden atracar libremente en los puertos de Roses, Palamós, Vilanova y Sant Carles de la Ràpita
Bosch ha anunciado hoy en rueda de prensa que «la Generalitat pone en marcha ‘Cataluña Puerto Seguro’ una iniciativa para acoger los navíos que recogen inmigrantes.
El titular de Acción Exterior, por otro lado ha confirmado que no han comunicado esta iniciativa al Gobierno de España. «Nuestra obligación no es solicitar permiso a Josep Borrell para salvar vidas», ha sentenciado.
Lo que el gobierno catalán ha acordado ahora es poner las 4 instalaciones bajo la denominación de «puerto seguro», lo que dejaría que las embarcaciones de las O.N.G. puedan emplearlos para atracar, desembarcar y partir.
El pacto se ha adoptado después de que la Capitanía Marítima de Barcelona, que depende del Ministerio de Fomento, haya rechazado el permiso al navío Open Arms para partir en labores de observación y vigilancia al Mediterráneo central, lo que le fuerza a estar amarrado en el puerto de Barcelona.
Bosch ha explicado que de los diecinueve puertos gestionados por Puertos de la Generalitat, los de Roses, Palamós, Vilanova i la Geltrú y Sant Carles de la Ràpita, son los 4 que reúnen las peculiaridades precisas «para acoger este tipo de embarcaciones de salvamento».
Por otro lado, el consejero ha puntualizado que dicha medida no supone un «perjuicio de las competencias exclusivas que corresponden al Estado de España en materia de relaciones internacionales y también inmigración» pero que «hay un espacio de actuación legal y estatutario que deja actuar en este campo».
El consejero ha avanzado que han constituido un grupo de trabajo dirigido por su departamento en el que se incluirán 4 consejerías más: la de Territorio y Sostenibilidad, la de Interior, la de Salud y la de Trabajo para organizar la asistencia a los inmigrantes.
Bosch ha explicado que, «una vez autorizado el desembarco por la parte de las autoridades españolas», el grupo de trabajo «administrará las actuaciones para asegurar la acogida».
Muchos ciudadanos vivimos con preocupación -con gran preocupación, todo hay que decirlo-, situaciones de este tipo. Motivos humanitarios aparte, no podemos dejar de preguntarnos si la locura de unos políticos no nos estará poniendo a todos en un riesgo innecesario. El efecto llamada es innegable, y quien no quiera verlo es un patán buenista, no alguien a quien le mueve la solidaridad. No somos más buenos por declarar las puertas abiertas y la barra libre. Un país sensato, con políticos sensatos, debería establecer el derecho de admisión y no sólo este, sino también el de permanencia.
Sólo se me ocurre proponer, que cada situación conflictiva que se produzca en mi país, fruto de esta «borrachera de solidaridad», sea responsabilidad del politicucho de turno que firmó tan generosa norma.