Biden amplía su doctrina de seguridad nacional a toda América

  • El presidente de Estados Unidos impone su agenda en la X Cumbre de Líderes de América del Norte
  • Alinea a México y a Canadá en contra de China y de Rusia

Por Jorge Santa Cruz

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, impuso su agenda en la X Cumbre de Líderes de América del Norte que se llevó a cabo el 10 de enero en la Ciudad de México, con la participación del mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

Poco antes del encuentro trilateral, Biden se jactó, ante Trudeau, de que Estados Unidos y Canadá demuestran el ilimitado potencial económico que tienen cuando trabajan juntos “para ayudar a todo el hemisferio”.1

Biden confirmó que uno de los temas a tratar en la Cumbre sería el de la energía limpia. “Deberíamos ser la potencia de energía limpia del mundo”, recalcó ante el gobernante canadiense.2

Luego, marcó sus otras prioridades: “… fortalecer nuestras cadenas de suministro para que nadie pueda detenernos arbitrariamente, o una pandemia en Asia que impide que tengamos acceso a los elementos críticos que necesitamos para hacer todo, desde construir automóviles hasta muchas otras cosas”.3

Enseguida, destacó sus pendientes restantes: estabilizar a Haití, lidiar con la migración y reforzar la seguridad nacional.

Declaración de Norteamérica

Los tres amigos sintetizaron sus acuerdos en la Declaración de Norteamérica (DNA). El documento, fechado el 10 de enero en la capital mexicana, detalla los seis compromisos asumidos por los participantes:

  1. diversidad, equidad e inclusión;
  2. cambio climático y medio ambiente;
  3. competitividad;
  4. migración y desarrollo;
  5. salud;
  6. seguridad regional.4

Conforme a lo proyectado por Biden de convertir a América del Norte “en la potencia de energía limpia del mundo”, la DNA señala que los tres países de la región tratarán de desarrollar el hidrógeno como una fuente regional de energía limpia. Además, actuarán de manera rápida “para acelerar la transición energética, mediante la implementación de soluciones de energía limpia, el aumento de la producción y la adopción de vehículos de cero emisiones en América del Norte y la transición a combustibles más limpios”.5

Obviamente, las tecnologías para cumplir con tales propósitos las tiene Estados Unidos, en mayor medida…

En cuanto a la competitividad, la DNA anuncia que Canadá, Estados Unidos y México tienen los siguientes propósitos:

  1. Forjar cadenas de suministros regionales más sólidas.6
  2. Promover la inversión en industrias clave como la fabricación de semiconductores y de infraestructura de vehículos eléctricos.7
  3. Convocar a diálogos público-privados.8
  4. Trazar cadenas de suministro de acuerdo con los desafíos y las oportunidades comunes.9
  5. Revisar y mapear las reservas existentes y potenciales de recursos minerales críticos en la región. (Los tres líderes se comprometieron a llevar a cabo estas acciones “cuidando el medio ambiente, respetando las comunidades locales y adhiriéndose a altos estándares éticos”).10
  6. Trabajar con el sector privado, la sociedad civil, los trabajadores y la academia “para fomentar el emprendimiento de alta tecnología, promover las pequeñas y medianas empresas, así como fortalecer la educación técnica”.

Resulta más que obvio que el cuidar las cadenas de suministros regionales beneficiará ―sobre todo― a Estados Unidos, al igual que la inversión en industrias clave como las que fabrican semiconductores y autos eléctricos. La Casa Blanca pretende sortear cualquier bloqueo por parte de Pekín.

El que se convoque a diálogos de gobiernos con empresarios implica que los primeros tendrán que favorecer a los segundos, en especial a los que tienen una influencia transcontinental.

La revisión y mapeo de las reservas existentes y potenciales de minerales críticos beneficiará, primero, a Estados Unidos y, en segundo lugar, a Canadá. Una vez que México entregue la información, tratarán de que otras naciones latinoamericanas (Bolivia, Argentina, Chile, Perú, etc.) hagan lo mismo en el marco del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que está latente desde 2005 y que, para las poderosas élites anglosajonas, sería el desdoblamiento del actual Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).

En cuanto a la seguridad regional, la DNA anticipa, entre otras, las siguientes acciones:

  • México, Estados Unidos y Canadá se enfocarán en estrategias que fortalezcan la “seguridad continental compartida” frente a “amenazas domésticas, regionales y globales” que incluyen amenazas cibernéticas.12
  • Los tres países aplican “un enfoque coherente” en la recopilación, uso, procesamiento, retención y protección de los datos asentados en los registros de nombres de pasajeros (PNR) con el fin de reforzar su perímetro de seguridad compartido y mejorar la protección de sus ciudadanos. Esto se hará “abarcando la promoción de la adopción global de estándares y prácticas recomendadas por la Organización de Aviación Civil Internacional sobre datos PNR”.13

En otras palabras: Estados Unidos utilizará a Canadá y México como escudo; además, Canadá y México se comprometieron a enfrentar no solo amenazas domésticas y regionales, sino globales, incluidas las cibernéticas,

(En el diálogo que sostuvieron Biden y Trudeau previo a la cumbre, el primero le contó al segundo lo que había dicho a un líder extranjero ―al que dejó en el anonimato―: “Bueno, tengo suerte. Tengo a Canadá al norte y a México, al sur; y a dos océanos a cada lado”).14

De facto, Washington confirmó que su doctrina de seguridad nacional abarca a todo el continente americano, tal y como lo advirtió el presidente James Monroe en 1823 (hace casi dos siglos).

En cuanto a México y Canadá, podemos decir que la Casa Blanca los involucró en los conflictos que tiene marcadamente con China y con Rusia.

Finalmente, apuntamos que la recopilación, uso, procesamiento, retención y protección de los datos asentados en los registros de nombres de pasajeros (PNR) de las aerolíneas comerciales que operan en América del Norte va en el sentido de la pérdida de privacidad de las personas que ordenó el otro presidente Bush (George W. Bush) luego del 11-S.

Biden se fue feliz de la Ciudad de México.

Referencias

  1. The White House. «Remarks by President Biden and Prime Minister Trudeau of Canada Before Bilateral Meeting». (Fecha de publicación: 10 de enero de 2023), párrafo 4. Consultado en https://www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2023/01/10/remarks-by-president-biden-and-prime-minister-trudeau-of-canada-before-bilateral-meeting-2/
  2. Íbid., párrafo 5
  3. Íbid., párrafo 6
  4. U.S. Department of State. «Declaración de Norteamérica (DNA)». (Fecha de publicación: 10 de enero de 2023), párrafo 1. Consultado en https://www.state.gov/translations/spanish/declaracion-de-norteamerica-dna/
  5. Íbid., párrafo 6
  6. Íbid., párrafo 7
  7. Íbid.
  8. Íbid.
  9. Íbid.

10., Íbid., párrafo 8

  1. Íbid., párrafo 9
  2. Íbid., párrafo 14
  3. Íbid.
  4. The White House. «Remarks by President Biden and Prime Minister Trudeau of Canada Before Bilateral Meeting». (Fecha de publicación: 10 de enero de 2023), párrafo 9. Consultado en https://www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2023/01/10/remarks-by-president-biden-and-prime-minister-trudeau-of-canada-before-bilateral-meeting-2/

 

Jorge Santa Cruz

Periodista mexicano, católico y conservador.

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