Asalto a la República

Escrito por el Presidente de la República

La versión oficial sobre el desarrollo histórico de la Segunda República, es decir, la que se cuenta a los estudiantes españoles, dice que la llegada del Frente Popular al Gobierno de España en febrero de 1936 supuso una gran liberación para los ciudadanos oprimidos por el anterior gobierno de derechas llamado por algunos historiadores el «Bienio Negro de derechas». Supuso también, según esta versión, la llegada inmediata de la paz social y política al país, y una gran prosperidad económica para los españoles y la nación. Continúa diciendo esta versión edulcorada que un militar, Franco, fascista, por ambición de poder y odio a la paradisíaca República, provocó una guerra civil, que acabó con esta idílica situación.

Esta versión ha sido «redactada» por algún historiador politizado con ánimo de engañar, puesto que existen sobradísimos documentos que demuestran que esto es absolutamente falso: entre febrero y julio se produjeron atentados con bomba, asesinatos callejeros contra ciudadanos, extorsión a los empresarios para que contratasen a personas designadas a dedo, falsificación de actas electorales. Se destituyó al Presidente de la República sin mediación parlamentaria ni electoral, se asaltaron ayuntamientos y, los legítimamente elegidos, tuvieron que abandonar por miedo.

Empezaron a llegar dirigentes rusos que se movían por el gobierno como si ya estuviese sometido, se trató de ahogar al ejército para inutilizarlo, se trató de desarmar a una parte de la población, se encarceló a un político de referencia y luego no cumplieron con la absolución declarada por el tribunal manteniéndolo encarcelado hasta que lo mataron. Mataron, por orden del Gobierno de izquierdas, al dirigente de un partido político de derechas, intentaron matar a otro dirigente de otro partido de derechas, que tuvo que huir del país, etc.

Agresividad marxista en la Segunda República. Documentos

 

Todo lo que afirmo en el párrafo anterior, está perfectamente documentado en archivos judiciales, policiales y hemerotecas, pero, además, tenemos testimonios e informes de los embajadores de otros países en los cuales describían la situación real de España durante los meses que gobernó el Frente Popular. Sin embargo, el documento más aplastante y veraz lo tenemos en los diarios del propio Presidente de la Segunda República, Don Niceto Alcalá-Zamora Torres.

Alcalá-Zamora escribió unas memorias que han salido a la luz en un libro titulado Asalto a la República, donde narró cómo se produjo su violenta e inconstitucional destitución como Presidente. Este hecho se produjo para que Manuel Azaña, (Frente Popular) se «autoproclamara» Presidente de la República, obteniendo de este modo el ansiado Poder Absoluto sobre el país.

Alcalá-Zamora llama en su diario a este hecho histórico «Golpe de Estado Parlamentario». A consecuencia de este «Golpe de Estado» contra la República, el Estado Mayor del Ejército pidió a Don Niceto su consentimiento y su apoyo para impedirlo mediante una acción de rebeldía, pero Alcalá-Zamora ya no creyó en la posibilidad de volver a encauzar la República dentro de un sistema democrático. Esto ocurrió el 8 de abril de 1936.

En octubre de 1934 las izquierdas dieron un Golpe de Estado contra la República, y el ejército salió en defensa del régimen republicano. En abril de 1936 las izquierdas dieron un Golpe de Estado Parlamentario, y nuevamente el ejército se posicionó junto a la legalidad republicana. Ambos golpes llevaban, en sus postulados más enraizados, que una parte de los habitantes del país debía ser exterminada o sometida a la ideología que pretendía imponer la otra parte.

El Ejército no se dedica a hacer política. No se dedica a valorar ni siquiera si unas leyes que rigen la vida pública (incluso la suya) son adecuadas o no. El Ejército se encarga de proteger a los ciudadanos y la integridad de la nación, es decir: a los ciudadanos y sus posesiones y a la nación y sus posesiones. El Ejército tiene unos objetivos intrínsecos muy claros, independientemente de que haya una monarquía, una dictadura de derechas o de izquierdas o una república de derechas o de izquierdas. El ejército no defiende políticos, defiende a los ciudadanos, sus propiedades y al territorio en el que viven. Si alguno de estos puntos se ve amenazado, es deber del ejército advertirlo a las autoridades y tratar de corregirlo. En los estamentos militares se indica claramente que estos no pueden pertenecer a ningún partido político. Valga esta curiosa anécdota para demostrarlo: el propio Ramón Franco, hermano de Francisco, tuvo que abandonar el ejército para ser incluido en las listas de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) por Barcelona, en la Segunda República. Por lo tanto deberíamos preguntarnos, ¿estuvo justificada la acción del ejército en octubre de 1934, en abril de 1936 y en julio de 1936? ¿La acción del Ejército se dirigía contra la República del 34 o del 36, o realmente, la acción del Ejército se dirigía contra aquellos que pretendían acabar con la República democrática para imponer la dictadura soviética?

José Enrique Catalá

Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valencia. Especialista en Hª Medieval. Profesor. Autor del libro: Glosario Universitario.

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