Apagar incendios a corbatazos
Cuando el mundo gime bajo el peso de tan serias preocupaciones como le embargan, la frivolidad se esfuerza en envolverlo con desatinadas pretensiones que serían ridículas si no fueran desastrosas para muchos espíritus.
Antes de irse de vacaciones Sánchez ha pedido a los españoles que se quiten la corbata para ahorrar energía.
Cuando Rusia empezó a bombardear ciudades ucranianas, Borrell amenazó al país agresor con no dejarle cantar con ellos.
Ya sé que el cambio climático y la guerra de Ucrania son los responsables de todos los males que padece España, porque así lo repiten como cotorras todos los sometidos a la izquierda; pero, ¿De verdad tengo que creerme que venceremos al cambio climático quitándonos la corbata y a Putin impidiéndole cantar en Eurovisión?
El asunto del cambio climático es muy recurrente y viene muy a mano para desviar la atención sobre las ineludibles responsabilidades que se asumen al ostentar un cargo. El cambio climático no es un tema nuevo, es un tema que hace años que usa la izquierda para sentirse más de izquierdas y para hacer creer que los demás quieren destruir la naturaleza, pero, digo yo que si hace tantos años que sabían que se iba a producir, ¿cómo es que cuando se ha producido el cambio climático somos el país más incendiado de Europa? ¿Pero es que después de las manifestaciones no se sentó nadie a pensar qué podríamos hacer para combatir el cambio climático?
¿Por qué el cambio climático nos ha pillado completamente desprevenidos si todos los de izquierdas lo vaticinaban? ¿A nadie se le ocurrió que sería necesario y beneficioso para España invertir en la creación de corta-fuegos, dotar más medios a las fuerzas de extinción de incendios, comprar más aviones y helicópteros, canalizar agua para acercarla a los montes, limpiar los montes de material seco fungible, etc.? No me digan que no tenían dinero para eso.
Yo no me dedico a la política, sin embargo, lo había pensado; me había preocupado por las consecuencias de un drástico cambio climático y había pensado soluciones y paliativos. Así se lo comuniqué a mis alumnos hace un par de años y por eso, este verano no dejan de llamarme preguntando si este era el desastre climático del que les hablaba.
Ya no sé como pedir que para la PROFESIÓN de POLÍTICO se exijan unos niveles intelectuales y unas capacidades muy superiores a las que demuestran Sánchez, Zapatero y, por supuesto, Borrell.
En otros países de larguísima tradición democrática como Inglaterra, ser político no está considerado como “profesión” sino como “dedicación”, se considera que es un honor por poder servir a su país; por esa razón, los políticos británicos están un tiempo en política y luego vuelven a TRABAJAR en sus asuntos privados, fuera de la administración. Por eso no se hacen tan ricos como los españoles Felipe (tiene un yate), Bono (tiene en Albacete una mansión con caballos y RÍO privado), Zapatero (el rey de sudamérica), y los andaluces.
En España han inventado la “Puerta Giratoria”. Sirva como ejemplo el siguiente caso actual: Carmen Montón, que solo estuvo 3 meses como ministra de sanidad, fue cesada en 2018 por plagiar la tesis doctoral de un profesor de la universidad de Castellón. Ustedes pensarán que en un asunto tan corrupto como la falsedad y apropiación de la intelectualidad de otra persona, el PSOE tomó medidas para desalentar a sus corruptos, ¿no?, pues bien, es ahora la embajadora observadora permanente de España ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Es la encargada de realizar un informe sobre la persecución religiosa en Nicaragua. Tal vez se lo plagie a un ministro cubano.