Ahora sí es su responsabilidad
"Nadie ha preparado un sistema general de prevención sanitaria en hospitales, hoteles, aeropuertos, puertos y desplazamientos nacionales e internacionales".
La epidemia del covid19 se veía venir y nuestros políticos, por tener un mitin en Vistalegre, una manifestación “femiboba” que pedía volver a casa sola y borracha, o que afirmaba que el machismo mata más que el covid…“¡manda güevos!”, o un partidito de fútbol con el que forrarme, no lo quisieron ver.
Se actuó tarde, mal, como pollo descabezado y aplicando modelos totalitarios, pero no sanitarios, que quedaron sin cobertura, sin apoyos y sin otra medida que el “encarcelamiento social”, mientras se anulaban las autonomías, el portal de transparencia, la libertad de expresión, se ocultaban los muertos y se escondían las fotos de los cadáveres.
Cada gobernante fue incapaz de asumir su responsabilidad, actuar con humildad y pedir ayuda, reconocer que no sabían cómo actuar para implicar en ello a todos, sin imponer criterio alguno y, sobre todo, echar la culpa al de al lado. Posteriormente, se inició un modelo de manipulación para vender como logros lo que no eran tales, como fantásticas gestiones cuando todas las instituciones internacionales nos presentaban como el país peor gestionado, con más muertos por millón de habitantes y con el número más alto de sanitarios infectados y muertos del planeta.
Con un gobierno que tiene en su manos miles de muertos, con una oposición que no sabe gestionar la situación y le falta, unas veces la hombría de servir de apoyo; otras, la gallardía para dar un puñetazo en la mesa y dejar claro que es España la que se muere y, finalmente, un personaje de la peor estofa, más cercano a la basura que al ser humano, que se dedica a poner en cuestión las estructuras democráticas, a ocultar su responsabilidad con los mayores y que sólo busca destruir España y convertirse en el Sultán ateo de Al-Ándalus. Pues bien, con todos estos mimbres, llegó el momento de la “excarcelación” y de la reconstrucción nacional y, tras todo este tiempo, no se ha estudiado un sistema legal de aplicación a los rebrotes, o a una nueva epidemia, que nos permita no aplicar el estado de alarma, sino una norma sanitaria que implemente medidas sanitarias y permita el confinamiento, la autorización de fabricación de EPIs, RESPIRADORES, MEDICAMENTOS, etc. por las empresas Españolas que están preparadas para ello y que no vuelvan a morir ciudadanos por la falta de un respirador porque la empresa española que los fabrica gratis carece de autorización administrativa o que algún listo con maletines en metálico se acerque a comprar a un “amigo” material sanitario que podría haber comprado en Béjar.
No se ha estudiado qué medida aplicar a una sanidad que, o se juega la vida y te facilita información y cariño, o ni te ve por atenderte por teléfono y con malos modos, pero aplaudimos a ambos profesionales,… Pues coño no, no se merecen el mismo trato, no, no necesitan ni la misma preparación, ni los mismos equipos, ni las mismas facilidades unos que otros.
Nadie ha preparado un sistema general de prevención sanitaria en hospitales, hoteles, aeropuertos, puertos y desplazamientos nacionales e internacionales, llegándose a la estupidez de tomar aleatoriamente la temperatura al extranjero que viene de fuera que al mismo que se mueve por España, y firmar un papelito. Les recuerdo que para entrar en Marruecos se tiene que acreditar la realización de un PCR en destino 2 días antes.
El turismo quiere seguridad y no pondrá problemas a la realización de PCRs, pero tampoco tenemos suficientes seguidores u ojeadores de covid, ni se hacen mediciones periódicas de aguas fecales, ni se adoptan otros mil métodos preventivos existentes.
Pues de la responsabilidad del 8M se libran diciendo que no ayudamos y que no se sabía; pues bien, ahora sí hacemos propuestas, sí pedimos medidas, sí se sabe que el virus está y no se va, y si ahora no hacen nada ustedes sabrán sus motivos, pero me permito el lujo, desde este momento, de acusarles de los muertos que se produzcan y decir que son unos miserables, canallas que dejan al albur de su suerte a los ciudadanos.
Entre tanto, la oposición debe dejarse de zarandajas, unirse sobre un mínimo común denominador, actuar con seriedad y solvencia en defensa de las instituciones y la democracia y presentar planes B de acción creíbles y que se trasladen a los ciudadanos para que estos puedan comparar y, con las críticas, mejorarlos.