A quién votar, y a quién no

Estamos en un año electoral, en el que pueden llegar a producirse cambios imprevistos por decisiones poco meditadas o cortoplacistas, y muchas veces sin darnos cuenta de que ya se tomaron antes, provocando efectos no deseados.

Con independencia de lo que digan las encuestas, siempre basadas en estimaciones o en intentos de manipular la realidad, haremos un análisis breve de los diferentes bloques que aspiran a llegar al poder en la España de 2.023:

La extrema izquierda, compuesta por una constelación de grupos, tales como Sumar, Más País, UP e IU, así como sus aliados regionales, dirigida por una persona del PCE (Yolanda Díaz). Su aspiración es permanecer en el poder, intensificando la influencia comunista en el Gobierno y en sus políticas. Algo que el comunismo ha hecho siempre, por otra parte: radicalizar hacia la izquierda el mensaje y la acción política del Gobierno en el que se encuentre. Bajo el maquillaje de políticas melifluas y sonrientes se encuentra su aspiración final: el socialismo de Estado y de partido único (modelos cubano y chino-soviético).

El socialismo (PSOE). Su estrategia básica es siempre la misma: continuar en el poder. Desde 1.982 han incrementado el grado de estatalización en todos los aspectos de la sociedad: fiscal, territorial, familiar, economía, burocracia, gasto público, etc., como ya hemos visto anteriormente. Y en los años que ha gobernado el PP, no ha modificado en la práctica ninguna de sus políticas.

Los separatistas de todo tipo buscan en el medio plazo y con la mayor velocidad posible la destrucción de España, tratando de transformarla en distintas naciones-Estado independientes (modelo balcánico), mediante el vaciado progresivo de competencias estatales en favor de las autonómicas, y practicando la guerra cultural antiespañola en las regiones que controlan. Para ello se basan en la negociación -con presión o complicidad- con quienes estén en el poder estatal, PSOE, UP o PP.

VOX. Aspira a revertir la situación creada conjuntamente por el socialismo, la extrema izquierda y los separatistas, en todos sus aspectos: cultural, territorial y político, para construir una España unida, próspera, en libertad y con soberanía plena. Sus modelos a alcanzar a medio plazo serían los de Orban y Morawiecki (mayorías parlamentarias absolutas mantenidas durante varias legislaturas), o el de Meloni (liderazgo de un gobierno de coalición en el que su partido es el mayoritario). En el corto plazo han conseguido objetivos parciales, tales como desalojar a los socialistas y a otras izquierdas del poder (Andalucía 2018, Ayuntamiento de Madrid 2019), ser el partido español más votado (Cataluña 2021), condicionar las políticas del PP (Madrid 2021-22), o gobernar en coalición (Castilla y León 2022).

El centro político (PP). El PP en el momento actual, como partido centrista que es, tiene al menos dos estrategias:

El feijooismo, que aspira a ganar las elecciones de mayo y las de diciembre, ejerciendo de adalid del centro: lenguaje moderado, con un modelo territorial de “nacionalismo cordial” con los separatistas, aceptación cultural del socialismo, y la promesa de una cierta mejoría de la gestión económica que despilfarre un poco menos que el PSOE.

El otro modelo es el ayusismo.

El asesor político de cabecera de Ayuso es Miguel Ángel Rodríguez, quien ya ejerció durante años la misma función con Aznar. Por ello encontramos importantes paralelismos entre la actual estrategia de Ayuso y la que siguió Aznar en los años 90. Veamos, en un ejercicio de futuro, desde el imaginario ayusista, cuáles serían los siguientes pasos:

  • Conseguir una mayoría absoluta el 28 de mayo en su gobierno regional, para demostrar su invencibilidad electoral (Aznar, Junta de Castilla y León, 1.987)
  • Que Feijoo no alcance el poder tras las elecciones de diciembre 2.023 (Fraga 1.982-1.986)
  • Que desaparezca el competidor por el espacio centrista (CDS años 90 s XX – Cs años 20 s XXI)
  • Que Ayuso sea la presidenta del PP y candidata a la presidencia del Gobierno en 2.027 (Aznar, 1.989-1.993-1.996)

Alguien puede objetar que parece un futuro imposible o poco probable. Pero… sinceramente, no vemos a Ayuso como a Ruiz Gallardón, que estuvo esperando disciplinadamente durante décadas (también en Madrid, en la Comunidad y el Ayuntamiento) a que su presidente Rajoy le incluyera en el Consejo de Ministros. En el ego ayusista, el estilo a lo dirigente nacional de su costosa campaña de autoimagen no va ni mucho menos por ese largo e incierto camino.

Esta estrategia es compartida colusivamente con los actuales dirigentes del PSOE y sus terminales mediáticas, como vemos en el apoyo y visibilidad que muchos medios de izquierda están también proporcionando a Ayuso; lo que siempre se ha denominado en política como “pinza”. Ayuso y Sánchez se ponen mutuamente el foco para que otros no aparezcan (incluso de su propio partido o sus socios de coalición), buscando el protagonismo en sus respectivos auditorios objetivo, Sánchez en la izquierda y Ayuso en la derecha, en una forma subliminal de conseguir que los enemigos (Ayuso) de mis enemigos (Sánchez) sean mis amigos (Ayuso) y se les vote.

La consecuencia o paralelismo de futuro es que con este posible escenario el PSOE puede estar más años en el poder (desde 2.018 hasta al menos 2.027, quizás hasta 2.031), de la misma forma que estuvo desde 1.982 hasta 1.996 con Felipe González, ya que Aznar tardó siete años en llegar a la Moncloa (1.989-1.996).

Esa doble estrategia del PP -mantenida durante décadas- de tener varios mensajes para rebañar votos en el centro y en la derecha ha supuesto casi siempre un rotundo fracaso. El PSOE ha estado en el poder durante 27 años, y el PP sólo 14; no están para dar muchas lecciones.

El “efecto mariposa” es una teoría que nos indica que, en sistemas complejos, cualquier pequeña variación de las condiciones iniciales en un determinado momento acabará dando lugar a efectos imprevisibles. Es conocido el ejemplo de ficción que siempre se cita de que el aleteo de una mariposa en Brasil en un momento dado puede traer consecuencias catastróficas en un futuro posterior y en otro lugar, como por ejemplo un tornado en Texas; o que el tirar un simple cigarrillo encendido en un bosque puede provocar un incendio devastador.

La pequeña decisión de un votante conservador poco alerta (ese que dice “soy de VOX, pero votaré a Ayuso”) de apoyar en Madrid a un bluff como Ayuso puede traer la consecuencia indeseada de que tengamos a Pedro Sánchez durante trece años, otros ocho más a partir de ahora.

Evitémoslo.

Julio García de Durango

Estudioso desde siempre de temas ambientales, políticos y económicos; dedicado a renovar nuestro ideario, con la intención de crear un proyecto sugestivo para la España del siglo XXI. Ingeniero Civil. Experto en Planificación y Cost Control. La batalla cultural y de las ideas es permanente, y en ella debemos concentrarnos.

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